Ahora sí, a llenar de cemento la ciudad: Óscar Andrés Martínez

Gracias a la aprobación del concejo de Bogotá, los ciudadanos tendremos que pagar $5.039 billones de pesos para financiar las inversiones del plan de desarrollo, donde el 63% (3,17 billones de pesos) estará adjudicado para infraestructura vial y troncales de Transmilenio y solo se invertirá el 4% (230.000 millones de pesos) para medioambiente. Con estas cifras se evidencia la relevancia que tiene para esta administración el tema ambiental, donde solo prima la construcción de más troncales de Transmilenio, es decir, ahora sí a llenar de cemento la ciudad.
EME   Con la inversión para medioambiente se busca crear un sendero panorámico a través de los cerros orientales. El plan de desarrollo presenta el proyecto: Plan de manejo de los cerros, Plan de manejo de la franja de adecuación y la Reserva forestal protectora de los cerros orientales. Estos planes proponen como meta de producto la adecuación del sendero panorámico en 15 kilómetros es decir un 22% de 67 kilómetros que sería la longitud total del sendero y como meta de resultado que 250.000 ciudadanos recorrerán el sendero. Existen interrogantes con este proyecto de sendero:  Se está proyectando una adecuación de 15 kilómetros, ¿Se aprueba un presupuesto sin la presentación de los diseños del sendero? ¿Dónde están los estudios que sustentan esa cantidad visitantes? ¿Cuál es el plan de manejo ambiental para los cerros orientales en realidad?[1].
   La construcción de mansiones sobre los cerros orientales hacia el costado norte de la ciudad no son las únicas construcciones, dado que, en las localidades de San Cristóbal y Rafael Uribe Uribe al sur de la ciudad, también se han venido construyendo nuevas viviendas. Las construcciones sobre los cerros afectan la estructura ecológica de la ciudad porque se rompe con áreas especiales y esenciales para la conservación y sostenimiento de animales, zonas boscosas y conexiones hídricas tanto subterráneas como superficiales. Entonces si se está en contra de la urbanización de los cerros orientales tanto por ciudadanos, ambientalistas como por la autoridad ambiental regional, ¿Cómo puede contribuir la construcción un sendero a la conservación y protección de los cerros?
   Finalmente, se evidencia que en el plan de desarrollo no se contemplan recursos para la consolidación y estructuración total de la reserva Van Der Hammen, tendremos que esperar los diseños y la propuesta formal para la construcción de vías y viviendas sobre la reserva por parte de la administración distrital.
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   Ahora bien, en el plan de desarrollo[1], el tercer eje transversal habla sobre sostenibilidad ambiental basada en la eficiencia energética, se proyecta que los humedales van a ser intervenidos en su totalidad, pero las quebradas que nacen en los cerros orientales afectadas por construcciones de casas y que algunas de ellas ya no soportan la carga de visitantes no presentan proyecto alguno.
   También se establecen programas de ecourbanismo donde se presentan metas como el aprovechamiento del 25% de los residuos de construcción y de demolición, la implementación de 20.000 m2 de techos verdes y jardines verticales en espacios públicos y privados, y de reducir 800.000 toneladas de las emisiones de CO2. Se puede decir que hay muchas metas y pocos recursos para alcanzar los objetivos en medioambiente formulados en el plan de desarrollo.
   El mejoramiento de la ciudad no solo consiste en hacer y dejar obras en camino, la ciudad también requiere mucha más inversión en áreas como educación, salud, seguridad y medioambiente, estas áreas no pueden ser tratadas con paños de agua tibia en materia de inversión, no solo obras y cemento requiere la ciudad, las necesidades básicas insatisfechas de los habitantes son más importantes que fomentar y financiar la construcción de más Transmilenio para la ciudad, de hacer paisajismo y obras no viven los bogotanos.
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   Finalmente, cada cuatro años se recrimina al alcalde que va saliendo del caos en el que Bogotá se encuentra y en el que la entrega, sin embargo, hay un actor que siempre está involucrado con ese caos pero que siempre pasa por un lado a la hora de asumir responsabilidades, ese actor no es nada menos que el concejo de la ciudad. Los concejales se hacen elegir y reelegir con el discurso político de mejorar las condiciones económicas, sociales y hasta algunas veces las ambientales de la ciudad, pero no hay coherencia entre el discurso de campaña y la realidad una vez asumen las curules.
   Esa incoherencia se evidencia en la aprobación de planes y proyectos de la alcaldía a través de la famosa coalición de gobierno, donde se aprueban proyectos sin la presentación de diseños y estudios estructurados que soporten dichas inversiones y endeudamientos, por ejemplo, la aprobación de recursos en la administración anterior para el proyecto de la construcción de Transmilenio por la avenida Boyacá[1], proyecto que el alcalde Peñalosa rechazó afirmando que esos diseños son obsoletos y que se debe formular de nuevo.    ¿Cuándo los concejales van a asumir su responsabilidad de esas decisiones? No solo es el alcalde de turno que falla, también es el concejo quien es el que aprueba el plan de desarrollo y sus proyectos, sin estudios técnicos ni financieros. Somos los bogotanos quienes al final tenemos que pagar esas inversiones se ejecuten o no y el político en su curul periodo tras periodo, como si nada y listo para el siguiente plan de desarrollo.

[1] http://www.elespectador.com/noticias/bogota/licitacion-de-transmilenio-boyaca-fue-suspendida-articulo-610562
[1] http://www.sdp.gov.co/portal/page/portal/PortalSDP/PlanDistritalDesarrollo/Que_es_el_PDD
[1] http://www.las2orillas.co/vivir-sobre-los-cerros-orientales-no-da-estatus-director-de-la-car/

Ahora sí, a llenar de cemento la ciudad: Óscar Andrés Martínez

http://blogs.elespectador.com/economia/el-mal-economista/ahora-si-a-llenar-de-cemento-la-ciudad

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