S.O.S. para las CIO. Las Casas de Igualdad de Oportunidades para la Mujeres: Mónica Parada

Las Casas de Igualdad de Oportunidades para la Mujeres (en adelante CIO), son el resultado de la lucha por el reconocimiento de las bogotanas como agentes para el desarrollo y el bienestar de la ciudad. Con el tiempo, se han convertido en un escenario de encuentro entre mujeres, con el objetivo de fortalecer sus capacidades de incidencia social y política, tanto de manera individual como colectiva. Las CIO también son espacios de sororidad: allí las mujeres tejen alianzas basadas en el reconocimiento mutuo, la confianza y la solidaridad.
Esto es lo que está motivando a las mujeres en Bogotá a movilizarse y reclamar por el abandono que el actual Gobierno Distrital tiene de las CIO, particularmente en lo que tiene que ver con el futuro de las Casas y su funcionamiento.
Antes de pasar al punto central de esta columna, me gustaría hacer un resumen general de la razón de ser de estos espacios construidos por y para mujeres. 
Las CIO son la materialización de las demandas individuales y colectivas de las mujeres en Bogotá, y de los compromisos adquiridos en la Política Pública Distrital de Mujer y Géneros (2004-2016), con el objetivo de “diseñar acciones para la promoción y divulgación amplia a la ciudadanía de los eventos conmemorativos, campañas, investigaciones y estudios significativos en el proceso de reconocimiento, restitución y garantía de los derechos de las mujeres”. La primera casa fue creada en 2004 y, con el tiempo, entraron a operar 20 más, una por cada localidad. En 2015, el Concejo de Bogotá, mediante el Acuerdo 583, institucionalizó las CIO, garantizando así la continuidad del proyecto en cabeza de la Secretaría Distrital de la Mujer.
Las CIO ofrecen diferentes beneficios y formas de participación a las mujeres que habitan la ciudad: actividades recreativas como danza, teatro y yoga; espacios para la formación y desarrollo de capacidades de liderazgo; acompañamiento para proyectos de emprendimiento y acción colectiva; servicios de asesoría jurídica y psicosocial. Como ejemplo de su éxito, quiero resaltar las Escuelas de Formación Política de Mujeres cuyo objetivo central es el de “cualificar la participación de las mujeres, para que en la agenda política de las localidades se reflejen sus intereses y demandas a través de procesos de incidencia autónomos y efectivos”. Este proceso ha permitido el intercambio de experiencias de mujeres de todas las localidades de Bogotá, promoviendo la reflexión del papel que tenemos en la construcción de ciudadanía y el ejercicio de la política.
Ahora bien, el problema actual es que la continuidad de las CIO se está viendo amenazada por la transición entre el anterior gobierno distrital y el actual. En junio de 2016 los contratos de la planta temporal que operaba en las CIO terminaron .La Alcaldía diseñó un plan de contingencia, cuya duración tenía que ser de 1 mes para la prestación de los servicios de las CIO mientras se resolvía la situación laboral de quienes operaban las casas. Sin embargo, ya han pasado cerca de 3 meses y las CIO no cuentan con el personal ni los recursos suficientes para prestar los servicios de atención psicosocial, jurídica, recreativa y de emprendimiento.
La semana pasada el Comité Operativo Local de Mujeres y Género de las localidades de Santafé y la Candelaria realizaron un plantón frente a la Casa Matriz (ubicada en la Calle 12B con carrera 3) manifestando su inconformidad por la ausencia de los servicios y actividades que regularmente se venían prestando en la casa, así como por su preocupación de no contar con espacios de atención oportuna para las mujeres que así lo requieran, especialmente aquellas en situación de vulnerabilidad.
Lo que más duele es que las CIO son producto del trabajo colectivo de mujeres que, durante mucho tiempo, demandaron espacios propios para aportar ideas y participar en los procesos de desarrollo de la ciudad. Esto se suma al hecho de que, a través de las CIO, las mujeres acceden a atenciones diferenciadas y oportunas cuando están siendo víctimas de violencia. Aquí se les garantiza atención especializada y con personal sensible a los temas de género, cosa que es muy difícil de encontrar en otras instancias estatales con la obligación de atender los casos de violencia de género (comisarías de familia, fiscalía, etc.). 
Por eso hago un llamado a que, como ciudadanas y ciudadanos, luchemos por estos espacios; que la indignación que nos produce la incompetencia de la administración de Peñalosa se extienda a ésta situación que viola de manera descarada los derechos de muchas ciudadanas.

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